viernes, 22 de enero de 2016

GARCÍA LINERA ASEGURÓ QUE CON LA ASCENSIÓN DE EVO MORALES COMO PRESIDENTE DE BOLIVIA MURIÓ EL PONGUEAJE POLÍTICO Y NACIÓ LA IGUALDAD





(LA PAZ).- El presidente nato de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, aseguró que con la ascensión de Evo Morales como presidente de Bolivia murió el pongueaje político y nació la igualdad, esto en la sesión de honor de la ALP, desarrollada en conmemoración a los seis años de la fundación del Estado Plurinacional de Bolivia y los diez años de gestión de gobierno.
“Lo que fue imposible en 500 años, al fin sucedió, asumía el poder del Estado el primer presidente indígena de nuestra historia política y, con solo ese hecho, todo el edificio colonial empezaba a derrumbarse, moría el pongueaje político y nacía la igualdad. Desde entonces y hasta el final de los tiempos nunca más habrá una Bolivia sin la presencia protagónica del movimiento indígena, popular y obrero”, aseveró García Linera.
Este cambio se dio después de que la población boliviana se uniera y organizara para luchar contra los gobiernos neoliberales que pretendieron privatizar la dotación de agua en Cochabamba y, tiempo después, impidió que se venda gas a Chile y a Estados Unidos, vía Chile, y así defendió los recursos naturales del país.
“En medio del fragor de estas luchas se fue tejiendo un nuevo bloque de poder revolucionario en torno al liderazgo indígena que es, al fin y al cabo, la raíz profunda de todos, este bloque de poder estatal no se propuso solo transformar Bolivia, sino conducir esta transformación en torno a tres mandatos revolucionarios: recuperar los recursos naturales para beneficio del pueblo, impulsar la Asamblea Constituyente de un nuevo Estado y tener un gobierno indígena-campesino-obrero-popular”, complementó.
Asimismo, indicó que al no poder existir autodeterminación política sin autodeterminación económica se tomó la decisión política de nacionalizar el gas, el petróleo, el servicio de agua, la generación de electricidad, la telefonía, la fundición de estaño y la minería anteriormente estatal, “al nacionalizar los recursos naturales, nacionalizamos la patria que estaba loteada por empresas extranjeras, por embajadas extranjeras y organismos financieros extranjeros”, acotó.
“Después de diez años de gobierno somos un país con muchísimos menos pobres y, lo imprescindible para la construcción de un socialismo democrático, somos un país infinitamente más justo, la diferencia entre los más ricos y los más pobres era de 127 veces y ha caído a 39 veces y seguirá disminuyendo en los siguientes años”, agregó.
La autoridad nacional también señaló que todo lo logrado no es por “suerte” como afirma la oposición, sino por decisiones políticas acertadas como la nacionalización y la distribución de la riqueza para “convertir todo ello en el motor de la economía nacional” lo que ha permitido que pese a la crisis económica internacional, se mantenga un promedio de crecimiento económico del 5 %.
“No fue la mala suerte, sino la servidumbre voluntaria ante extranjeros lo que llevó a los anteriores gobernantes a privatizar las refinerías de Palmasola y Valle Hermoso por cien millones de dólares, las mismas que después de ser nacionalizadas, en nuestra gestión, proporcionaron 3.548 millones de dólares de ingresos para construir escuelas, hospitales y carreteras”, enfatizó.
Asimismo, García Linera aseguró que no hay revolución social que pueda alejarse del mercado mundial, ya que el “socialismo no es autarquía o aislamiento, sino universalización de las capacidades humanas”, pero lo que debe desaparecer es que la interdependencia entre las personas, los pueblos y las regiones esté esclavizada por el lucro, la ganancia y la acumulación privada”, señaló.
“El socialismo democrático apunta a una nueva forma de interdependencia entre los seres humanos, los pueblos y regiones, pero basada en la satisfacción de necesidades reales, en el valor de uso, lo que tendrá que ser, necesariamente, a escala mundial y fruto de una revolución mundial; mientras tanto los países revolucionarios tenemos que incursionar en el mercado de manera selectiva, no subordinada y siempre para mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo”, agregó.
En cuanto a la inversión extranjera, dijo que esta es útil, “siempre y cuando esté sometida al control y planes del gobierno revolucionario y nunca ponga en riesgo el poder político de los trabajadores y de los movimientos sociales”.
Respecto al extractivismo, García Linera indicó que el gran reto de las revoluciones del siglo XXI, que luchan por una comunidad planetaria, “es luchar contra la explotación económica, por la igualdad” y, a la vez, “hacerlo protegiendo el ciclo vital de la Madre Tierra, una cosa no se la puede alcanzar sin la otra, por eso toda verdadera revolución social debe ser ecologista y todo ecologismo revolucionario tiene que ser necesariamente socialista”, aseveró.
Por ello, agregó, que para “satisfacer necesidades básicas de la población, ampliar la igualdad económica e ir creando las bases intelectuales y materiales de un nuevo modo de producción que dé lugar a un metabolismo mutuamente vivificante entre sociedad y naturaleza, se requiere de manera temporal y transitoria un tipo de extractivismo que permita al Estado y a la sociedad un mínimo de condiciones de vida” para que una nueva generación de hombres y mujeres vivan del conocimiento.
Sobre la conformación de la Asamblea Constituyente, señaló que esta permitió contar con la democratización del control del Estado y que se reconozca la igualdad entre naciones ancestrales que habitan el territorio nacional.
Los pilares de la Constitución Política del Estado producto de la Asamblea Constituyente son: la economía plural que reconoce todas las formas de propiedad articuladas por el Estado; las autonomías que descentralizan el poder político y los recursos económicos a nivel departamental y municipal; la democracia intercultural que garantiza la democracia representativa, participativa y comunitaria; y el reconocimiento de los pueblos indígenas como sujetos de derechos y como componentes fundamentales del Estado y de la nación boliviana, lo que garantiza, a su vez, la indianización del Estado.
“Esta articulación entre naciones culturales indígenas y nación estatal compuesta es un proyecto de poder y de hegemonía indígena que modifica radicalmente el papel de las naciones indígena-originarias en la historia. Aquí y ahora, lo indígena no es un ornamento, es mando político, es agricultura, pero también industria; es cultura, pero también robótica; un nuevo tipo de modernidad, es un todo”, agregó.
García Linera afirmó que la Agenda Patriótica 2025 no tiene ningún otro plan de desarrollo alternativo, por lo que se constituye en el horizonte del país hacia el cual todos apuntan.
“No hay otro proyecto de país, que no sea el Proceso de Cambio, la Revolución democrática y cultural, el Plan de desarrollo 2015-2020 y la Agenda Patriótica del bicentenario, esto garantiza que todas las energías fundamentales de la sociedad converjan en un solo caudal de metas y esperanzas compartidas por todos los bolivianos”, acotó.

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